sábado, 31 de mayo de 2014

Aparento ser una chica fuerte.

Aparento ser una chica fuerte, de esas que nunca sufren, ni lloran, ni les importa que diga la gente de ellas. Pero, en realidad, soy todo lo contrario. Lo hago para que la gente no me pueda hacer más daño del que ya está hecho, he tenido demasiados problemas, con demasiada gente, lo he superado como cualquier cosa, pero siempre todo ha tenido su huella y claro, cada huella me ha ido jodiendo un poco más. Y ahora es cuando peor estoy, cuando peor me siento y cuando nadie se da cuenta de todo lo que estoy pasando, sin que nadie sepa todo lo que siento, todo por aquellos que me jodieron, que fueron pocos pero lo hicieron de verdad. Que cada día pienso que va a ser uno nuevo y me levanto con ganas de comerme el mundo, sin pensar en el pasado, pero siempre llega alguien y te quita la sonrisa y esas ganas. Vuelves a pensar en todo y en que no puedes más, que necesitas desaparecer, que ya te jode todo. Y un día alguien me dijo que vivía en una gran mentira, y es verdad, vivo en una mentira, en la que aparento ser fuerte hecha mierda por dentro.

viernes, 30 de mayo de 2014

Esto era lo que necesitaba.

No quiero perder la sonrisa, no quiero perder las ganas de sonreír. No quiero olvidar tu risa, ni lo que me haces sentir. No quiero perder los abrazos, no quiero perder los te quiero. No quiero perder las despedidas. No quiero perder nada de lo que un día perdí, luché por ello, luché para tenerlo. Ya me lo quitaste una vez, no me lo vas a quitar dos. No pienso perder las sonrisas tontas, las risas contagiosas. No pienso perder esa sensación cuando abrazas a alguien y se te queda su olor todo el día. No pienso perder las fiestas y las conversaciones con gente que no conoces. No pienso perder las horas y horas hablando por teléfono; a gritos por las tardes y entre susurros por la noche. No pienso olvidar lo que pasó, no pienso olvidar lo que sentí. Pero ahora, ahora soy libre. Ahora, después de tanto tiempo puedo gritar sin miedo a lo que los demás piensen. He luchado mucho para recuperar todo esto, no pienso dejar que me lo quiten. No quiero perder las ganas de ser feliz y los motivos para serlo, quiero vivir cada minuto que me regala la vida. Y hoy, con mi mejor sonrisa en la cara, me atrevo a decir que esto era lo que necesitaba; aire.

jueves, 29 de mayo de 2014

Sus caminos se cruzaron.

Él era un chico cualquiera, ella una chica con ganas de comerse el mundo. Se puede decir que sus caminos se cruzaron, que estaban destinados. Se pueden decir tantísimas cosas, pero la verdadera historia sólo la saben ellos dos. Pronto, muy pronto, aquella chica se convirtió en el motivo de sus canciones, en su único pensamiento al despertarse cada mañana, en su única preocupación. Y es que enamoraba tanta felicidad, tantas ganas de vivir. Te hacía sentir pequeño a su lado, porque aquella chica era de las que te dejaban vacío, pero a la vez te llenaban como nadie más era capaz; te sonreía y el mundo entero se iba a la mierda. Y él sólo fue aquel imbécil que no supo valorarla, que no supo darle todo lo que se merecía. Ahora busca en otras lo que sólo ella tenía, lo que le hacía tan especial, tan diferente. Porque ella aunque no fuese Madrid, era la más bonita de sus calles; calles con historias por las que nunca se cansaba de pasar. 














miércoles, 28 de mayo de 2014

Fingir que todo sigue bien.

Cuando dicen que empieza el frío otra vez, es irónico, como si yo hubiera dejado de sentirlo alguna vez. Sí, frío. Decepción tras decepción, putada tras putada, siempre lo mismo, todos te acaban fallando de cualquier manera. Aunque sonría no significa que esté feliz. Las sonrisas sirven para confundir a la gente, para que no nos pregunten, para que piensen que todo va bien. Pero no, las cosas no son tan simples. Podré sonreír durante todo el día, podré reírme a cada rato, podré fingir y aparentar que todo va bien. Pero, cuando esté sola, ni siquiera seré capaz de sostener una puta lágrima. Cuando nadie me vea, cuando nadie esté ahí recordándome por qué debo sonreír, cuando no haya nadie haciéndome cosquillas para escucharme reír, simplemente no lo haré. No fingiré que estoy bien. La gente se piensa que porque una persona sonría de vez en cuando significa que es feliz, pero no, las cosas no funcionan así. A veces necesitas mirar a los ojos de alguien para saber si realmente le ocurre algo. Porque por mucho que sonrías, tus ojos van a seguir tristes, recordando todo lo que has vivido. Y eso no se puede evitar.


martes, 27 de mayo de 2014

Te quise demasiado para el daño que me hiciste.

Lo que cambian las cosas y lo que duelen los cambios. Lo que has cambiado y lo que sigues doliendo. Aquí donde antes había un corazón, ahora sólo hay un montón de pedazos, como si hubieran roto un espejo y nadie hubiera recogido los restos o los hubiera arreglado. Lo que han cambiado las cosas desde que separamos nuestros caminos. Como duele verte enamorado de otra, como duele pensar que será ella a la que ahora hagas sonreír cada día, con tus guerras de cosquillas quizás. Sé de sobra que tienes mejores cosas que hacer que hablar conmigo. Sé que tu mundo no gira entorno a nuestras absurdas conversaciones, también sé que nunca lo hará. Sé que no piensas en mí y que ya no te acuerdas de escribirme. Ya no soy importante para ti, si es que alguna vez lo fui. Y aquí estoy yo, viendo tus fotos, viendo como eres feliz sin mí. Aquí estoy yo, rompiéndome cada día más por dentro, pensando que otra estará remplazando mi lugar en tu vida, o en tu corazón. No puedo aguantar más con estas ganas de hablarte, esperando a que tú lo hagas, pero no, no lo haces. Tú sigues aquí, viviendo dentro de todo aquello que pasamos. No puedo olvidarte, ni volver a enamorarme. No puedo seguir, ni pararme, ni dejar de sangrar con tu recuerdo, ni de mirar a otro lado siempre que alguien me pregunta por ti o tan sólo escucho tu nombre. La vida sigue, sin saber muy bien por qué, pero sigue. Y no le importa que tú no estés, ni que yo hace tiempo ya crea en las promesas, en el amor en verdad. No le importa que siga sin poder dormir cada noche recordando y pensando en todo lo que fuimos. El dolor de perderte o quizás, en el fondo, el dolor de no haber tenido nada más que esperanzas, que además resultaron ser falsas. Nadie va a rescatarme de toda esta necesidad de volver a intentarlo, de volver a tropezarme, de romperme, de que me rompas. Nadie, ni siquiera yo. Escribiré sobre como cuando te ahogas con imposibles; como cuando gritas con todas tus fuerzas pero nadie te escucha, y te sientes tan sola que irremediablemente, necesitas uno de esos abrazos que nunca te han dado, pero que siempre has creído necesitar. Abrazos que quizás no existen. Sé que la vida no tiene mucho sentido sin ti, y por eso me fui, aunque me gustaría haberme quedado, esperándote.
  

lunes, 26 de mayo de 2014

Aparece para hacerte feliz.

Días malos tenemos todos, lo sé. Pero, ¿tantos? ¿tantos meses? Así era mi rutina. La misma mierda todos los días, las mismas preguntas y ninguna respuesta. Pero de repente, todo eso un día cambió. De la noche a la mañana, parece imposible, pero sí. De repente aparece alguien, que te hace olvidar todo lo anterior, no existen los problemas. Es esa persona que necesitabas en tu vida desde hace tiempo, pero que nunca llegaba y por fin aparece. Aparece para hacerte feliz día tras día, que te hace sonreír de verdad, porque esto si que son sonrisas de verdad y no lo de antes. Conoce tus virtudes, tus manías, tus defectos, y a pesar de todo te quiere. Da igual los demás, los días pasan y cada vez se hace más imprescindible en tu día a día y eso te acojona. Ha habido tantas historias con final, que temes que esta sea una más, pero da igual, le quieres, es decir; le quiero. Es imposible no querer a alguien que me ha reconstruido, alguien con quien puedo ser yo misma, que me ayuda a quererme más y a odiarme menos. Yo algo tengo claro, y es que no pienso rendirme, le quiero. Diga lo que diga, sufra lo que sufra, duela lo que duela, pase lo que pase, cerca o lejos. Le quiero, y eso es lo verdaderamente importante aquí.

domingo, 25 de mayo de 2014

Acostumbrarse al dolor y que ya nada duela.

Después de tanto tiempo, tanta espera, muriéndome debido a esa impaciencia, más bien por la impotencia de no saber como tenerte junto a mí. Después de tanto dolor, tantas lágrimas, deseando que los días avanzaran hasta el momento en el que te tuviera de nuevo aquí. Después de tantas veces que he pensado en hablarte, en buscarte. Entonces, ¿por qué ahora? Ahora que parecía que ya había conseguido olvidarte, ahora que cada vez que volvía a saber algo de ti no dolía, ahora que el corazón no se me salía por volver a verte. Todo lo que había conseguido lo destruyes con tan sólo una mirada. Pero si ya habías salido de mi vida, ¿para qué vuelves? No lo entiendo. Creo que no serías capaz de saber ni la mitad de lo que has significado para mí y lo mucho que me jodió que te fueras. Pretendes que te perdone por todo este tiempo ausente, que vuelva a quererte como antes, que volvamos a la vida de antes. ¿Pero a qué vida quieres volver? ¿A la que yo te daba, o a la que tú nunca me has dado a mí? Porque los dos sabemos muy bien que sólo nos hicimos daño. Todo se hundió el día que vi que te perdía. Llegue a preguntarme qué pude hacer mal, qué falló en mí. Pensaba que sería algo pasajero, por eso te esperé cada día, pero me di cuenta de que era una pérdida de tiempo, que si nada te retuvo para alejarte de lo que teníamos, poca probabilidad había de que decidieras volver. Y los demás vieron mi dolor. Fueron ellos los que me ayudaron a olvidarte, a sacarte por completo, mientras, tú estabas intentado reconstruir una vida que te había salido mal. Claro, la nueva falla, pues volvamos a lo de antes, ¿no? Y ahí estoy yo, ese soporte para seguir. Lo siento, no niego que has sido lo mejor de mi vida, pero también lo peor, y si volver a la vida de antes supone tener que pasar otra vez por lo mismo, lo siento. No, no voy a volver porque hayas decidido retomar tu camino, porque yo seguí ahí a pesar de todo, porque realmente te quería. Y ese tiempo de dolor no lo repara nadie, eso quedará siempre en mi interior, por lo que nunca podrá volver a ser tu vida de antes. Te cueste aceptarlo o no, yo he seguido hacia delante sin ti, he rehecho mi vida lejos de la tuya, al lado de alguien que sí demostró al principio lo que tú pareces hacer al final. Me has hecho falta durante mucho tiempo, pero ahora que eres prescindible, acabo de darme cuenta, me faltaba tenerte delante para saber que sí tendría el valor de no retroceder y mantenerme en mi lugar. Y no me arrepiento, más te arrepentirás tú ahora, porque estás en medio de un camino en el que se acabó el principio y el final.





sábado, 24 de mayo de 2014

Ya me sé el cuento de cupido y su segundo intento.

Mido la distancia que separan tus labios de los míos, mido los milímetros que impiden que tus besos sean míos. Cuento los segundos exactos que tardas en sonreír cuando te miro a los ojos, espero al momento exacto para que el calor de nuestras miradas se funda en el recuerdo. El echarte de menos no es lo que me preocupa, lo que me preocupa es el hecho de perderte, porque por muy mío que seas, por muy mío que parezcas, me asusta el hecho de que encuentres algo que me supere, alguien que te haga sonreír el doble de veces de las que yo soy capaz de hacerte sonreír. No quiero que me roben tus risas ni tus besos, no quiero que pronuncies otro nombre. La infinita distancia que no me deja decirte que te echo de menos, que te necesito. La infinita distancia que me separa de ti cuando te tengo delante, cuando te tengo cerca, la infinita distancia que se funde cada vez que me rozas, cada vez que me abrazas, cada vez que tus labios se despiden de los míos. No me pierdas en esa infinita distancia, no sé si sabría volver a encontrarte.