viernes, 30 de enero de 2015

No lo permitas.

No sabía lo que era sentirse una mierda hasta que pasé por eso día tras día; supongo que algunos me entenderéis. Sabréis lo que es ir con miedo al instituto, recibir insultos por como eres y tener que callarte la boca porque digas lo que digas no será suficiente. Oír cada vez que te giras un "gorda", "inútil" o un "no vales una mierda" que se te quedan dentro de tu mente el resto de tu vida. Te callas y aguantas, aguantas porque sabes que es lo que toca; porque eres demasiado débil para hacerle frente a esto y sin embargo, demasiado fuerte para aguantar todo tú sola.
Siempre he oído que la clave de la felicidad es la ignorancia, pero, ¿y si has ignorado demasiado tiempo? ¿y si te has pasado media vida ignorando y crees que ya ha llegado el momento de alzar la voz y hacerte valer? Con esto no digo que no valga; de hecho a lo largo de mi vida me he dado cuenta de que soy mejor persona que todos esos mierdas, y de verdad qué mala suerte la mía sería de convertirme en una de ellos. Pero supongo que en aquel tiempo eso no lo sabía ver, y me odiaba, y me insultaba a mí misma frente al espejo, hasta hacerme llorar de impotencia. Todo ese odio aumentaba día a día tras ver como la gente me fallaba sin ni siquiera importarles un poco. Pensaba que no valía, que no era lo suficientemente buena como para que la gente me quisiera. Era muy jodido salir de casa con una enorme sonrisa falsa porque creía que era lo mejor que podía hacer y al llegar a casa, encerrarme y ponerme a escuchar música, pero no, aquella vez no lloraba; no porque no quería, sino porque ya había llorado suficiente y no lo merecía. Nadie lo merece. No te calles, no te odies, no aguantes que te insulten, no te creas todo lo que la gente te diga, porque eres una persona increíble, una de las pocas que valen, y aunque te cueste creerlo, inténtalo, te lo digo yo que he pasado por todo eso, y ahora, soy una chica totalmente feliz; cuatro insultos de personas que no valían nada no pudieron conmigo, ni contigo, ni con nadie, porque, ¿sabes? Tú decides quién eres y quién vas a llegar a ser, porque la única opinión que importa aquí, es la tuya. 

sábado, 24 de enero de 2015

No vas a volver.

No pueden preguntarme que si te echo de menos y evitar que los ojos se me pongan rojos, que se me inunden de lágrimas que desean salir pero no quiero que lo hagan, no pueden preguntarme por ti y pensar que todo va bien, que no te echo de menos, que no me dueles, no quiero más preguntas sobre ti, porque realmente no sabes cuánto duele ver que ya no estás, que nos hemos perdido y que yo he visto como eso pasaba y la impotencia me impedía hacer algo. Sé que nunca he sido la mejor opción pero te prometo que he intentado todo por dejar de ser tan desastre, y te digo de verdad que yo no quería un capítulo contigo, quería una historia porque contigo un capítulo realmente no valía la pena, era demasiado corto como para sólo contar un triste y absurdo capítulo, quería algo que enganchase, y joder si enganchó, el problema es que sólo pasó conmigo. Yo pude ver como poco a poco intentabas ponerle final a esto, como intentabas despedirte, y como tú querías escribir otra historia. No veas si dolió verte sonreír con ella, no veas como le doy vueltas a todo esto y la verdad que sólo me hago daño, pero no puedo evitarlo, no sabes como duele ver que tú eres capaz de escribir para otra persona que no es para mí, y ver como yo sigo escribiendo por y para ti, y como me gustaría poder escribir sobre nosotros, pero ya no, eso se ha acabado y maldito el día en que apareciste por esa puerta, y me viniste sonriendo para preguntarme cuál era mi nombre, y que tenía una sonrisa que sería capaz de conquistar el mundo, maldito ese día, pero qué bonito fue, y qué bonito haber podido tenerte en mi vida, ver como al principio querías poner orden a todo esto, como me mirabas y me decías que mis miedos se tenían que ir y que tú estabas aquí para que eso pasase, pero nunca me atreví a decirte que el mayor de mis miedos nunca se iría, porque este era perderte, perder a la persona daba sentido el seguir hacía delante. Sinceramente no me arrepiento de haberte entregado un trocito de mí, pero si quieres que siga siendo sincera te diré que a día de hoy no me creo ninguna de las palabras que me dijiste en nuestro tiempo, quizás es porque decías mucho y demostrabas poco, o quizás mi miedo no me dejaba ver lo que hacías por mí, no lo sé, de verdad, que no, sólo puedo decirte que desde que te fuiste no he vuelto a creer en eso que llaman amor, que le he cogido miedo, y no te echo la culpa a ti, sino a mí, por haber sido tan ingenua. Quiero decirte que realmente nunca creí que fuese la única chica en tu vida, que siempre supe que había más opciones, y que cualquiera de ellas te podría llegar a hacer más feliz de lo que yo podría hacerlo el resto de tu vida, pero yo era de las pocas que estaba dispuesta a hacerte sonreír el resto de la suya, y es que me daba igual los que viniesen, para mí tú siempre eras la primera opción, bueno no, la primera no, la única, porque ellos no te llegaban a la suela de los zapatos, porque nadie era mejor que tú, porque nadie sabía que dentro de mí había mil miedos, pero tú sí, o eso creo. Qué ingenua fui al creerme todo aquello que me decías, cuánta mentira de por medio, pero muchísimo más daño, ojalá pudiese decirte que fue un placer dejar que me rompieses, pero no es así, ahora duele, no veas si duele. Supongo que cuando algo acaba es normal que al principio te sientas mal, que no tengas ganas de nada, y que tu mundo se venga encima, pero a mí tú me has tocado, me has tocado tanto que me has hundido, joder que si me has hundido, estoy perdida, supongo que el fondo es un buen sitio para estar ya que de ahí no puedo pasar, y no espero que nadie venga a salvarme porque dudo que yo quiera hacerlo, porque si algo sé es que si estoy aquí y de aquí no paso, no tengo ganas de levantarme para volver a caer, ni ganas de creer en alguien que venga con tus mismas mentiras. A veces me gustaría poder mirarte y decirte todo aquello que aquel día me quedé con ganas, que te prometo que a pesar de todo esto, si hubiese tenido el valor te hubiese gritado que te necesitaba, que no te podías ir, que te quería como nunca había a nadie, que me pasaría la vida entera viendo como sonríes cuando te despiertas, pero no, yo sólo pude quedarme mirando como te ibas, y como un trocito de mí se iba contigo, y en ese momento pude sentir como me rompía, pude ver como nos perdimos, y sin embargo en vez de gritarte me quedé sentada, llorando, esperando a que volvieses y me dijeses que todo era una broma, que claro que había más opciones pero que tú eras para mí, yo era la única, pero nunca fue así, era demasiado bonito para ser verdad, y tú nunca me quisiste sólo a mí, y tú nunca me hubieses elegido para el resto de tu vida, y quizás yo nunca podría hacerte feliz y tú lo sabías. No sé, ni siquiera creo que pueda seguir pensando en esto sin romperme un poquito más, y claro que no quiero que nadie me salve, nadie que no seas tú y como tú no vas a venir a hacerlo, supongo que me quedo aquí, por lo menos hasta que tenga ganas de salir hacía delante.